Mi novia estudiaba en Italia, en el sur más concretamente. Me decidí a visitarla ¿y qué mejor sitio para encontrarse que Roma? Decidimos pasar allí una semana. Una extraordinaria semana diría yo.
Decidimos hacer una división de lugares emblemáticos para visitar cada día. Lo bueno es que tengo una buena orientación, cuando miro el mapa una vez, no lo tengo que volver a mirar. El segundo día estaba como pez en el agua.

Empezamos visitando La Fontana di Trevi, un lugar fascinante, ¡parecía más pequeña en fotografías! Tiramos nuestras monedas al agua para “volver otra vez” y vaya que si volveré. Seguimos nuestra ruta por callejuelas estrechas pero llenas de magia hasta llegar al Panteón,  un lugar tan increíble como frío. 

Allí está enterrado Rafael y no es precisamente el cantante… Tiene una abertura en el techo conocida como el “ojo del infierno”. Si habéis visto la película o leído el libro “Ángeles y demonios” tendréis una visión bastante cercana.

Otro día tocó, ¡como no! El Coliseo, magnífica obra arquitectónica, pero muy deslucida por el paso de los años y por fuera es más bonito que por dentro. De todas formas una parada obligatoria. Seguidamente el Foro Romano es un buen postre.

Ahí te sientes ya como si fuese a aparecer una Legión romana o el mismísimo emperador bajo los Arcos de Tito o Constantino. Y si encima está lloviendo, como cuando estuvimos, parece de película.

El Vaticano, siguiente parada. Impresionante. La Plaza de San Pedro te hace parecer insignificante, la Basílica majestuosa, allí podemos ver el imponente Baldaquino o la bella Piedad de Miguel Ángel. Los Museos Vaticanos son enormes, imposible verlos en un día. Aunque si avanzas rápido entre sala y sala puedes tardar poco…, pero no le sacaras su verdadera esencia. Esta visita a los Museos acaba en la gloriosa Capilla Sixtina, sobrecogedora por todo lo que significa. Bellísima.

Fuera de los sitios más turísticos, recomiendo visitar Santa María de la Victoria, lugar donde se encuentra El éxtasis de Santa Teresa, segunda escultura más importante de la ciudad después de la Piedad.
El Trastevere, un barrio bohemio, típico italiano. Es muy agradable pasear por sus calles. Ahí es cuando quieres tener una vespa para sentirte un verdadero italiano. La Bocca de la Veritá, está cerca de este barrio, por si queréis meter la mano donde al parece la han metido millones…
El monumento a Garibaldi, no es un sitio apenas conocido, pero está elevado sobre la ciudad y hay una panorámica espectacular, te deja sin aliento.

Los Museos Capitolinos, no llegué a entrar pero su plaza es muy bonita y justo al lado está “la loba con Rómulo y Remo” el símbolo de la ciudad, aunque mucha gente no se da cuenta y pasa de largo. Majestuoso se levanta cerca de allí también el monumento a Víctor Manuel. Genial.
Por último  y donde sacamos nuestras mejores fotos, El Castillo y el puente de Sant Angelo. Con el rio a sus pies fue una de las imágenes que se me quedó grabada. Ese lugar es especial.

En fin, un viaje maravilloso, repetiría sin dudarlo. Lo recomiendo. Aunque si vais en buena compañía como yo, os gustará el doble. Ah! Preparaos a comer pasta y pizzas, es lo mejor que tienen  y están muy buenas.

Roma, la ciudad eterna. Todos los caminos llevan a ella.

Articulo escrito por Diego Mañas Valiente

Entra en el sorteo de un viaje a Glasgow.