Todo para llegar a la universidad y darme cuenta de lo poco que había aprendido en todos esos años de estudio y memorización continuada.


Me di cuenta de que mi forma de abordar el inglés había sido bastante improductiva: sabía mucha gramática y vocabulario, pero era incapaz de abordar una conversación medio legible.  En definitiva, muchas horas de estudio y pocos resultados.


Afortunadamente, nunca es tarde y la solución a mi falta de manejo del inglés resultó efectiva, práctica y sobre todo la mejor experiencia de mi vida. ¿Queréis saber cómo lo hice?


Estaba aún en mis años universitarios cuando por casualidad una compañera mía se fue de Erasmus a Francia. Nunca hasta ese momento me había planteado viajar, pero la experiencia vital de mi compañera resultó ser tan fantástica que ese mismo verano decidí irme al extranjero los tres meses que tenía de vacaciones.


Cuando me planteé viajar, no tenía muy claro el lugar, así que elegí un asesor que me orientase sobre el mejor destino según mi perfil. Después de contemplar varias opciones con mi asesor, elegí Edimburgo.

El programa en sí me ofrecía vivir con una familia escocesa con la que conviviría durante toda mi estancia: yo elegía la duración, el destino y la modalidad.

También pude elegir actividades fuera de casa que tenían que ver con mis estudios y por supuesto, actividades culturales y deportivas que por la zona eran infinitas.

 

 

¿Qué os puedo contar de mi experiencia?

Lo cierto es que fue algo que me marcó para siempre. No sólo porque gracias a esta estancia de inmersión lingüística conseguí romper todas las barreras del idioma, sino porque realmente gané una familia que me trató como una más, muchos amigos y miles de experiencias que me hicieron crecer como persona.

 

Pertenecemos a ASEPROCE

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Reconozco que la primera semana, nada más llegar a Edimburgo, fue algo impactante. No me manejaba en inglés, me daba vergüenza expresarme, no conocía a nadie… El periodo de adaptación me hacía pensar en España los primeros días, pero sin darme cuenta, comencé a estar libre de limitaciones comunicativas.

 

Casi sin darme cuenta también, comencé a expresarme en inglés, a pensar en inglés a reirme en inglés a soñar en inglés … así hasta que los últimos días tuve la oportunidad de examinarme del C.A.E y ¡aprobé!


No os puedo engañar, cuando llegó el momento de regresar, fue  un trauma: había hecho   mía la ciudad, su cultura, mi familia escocesa, mis amigos, el entorno, mis lugares favoritos…

Sentía que era de allí, me había sentido respaldada en todo momento, tanto por la agencia como ya en el destino y no quería marcharme. Sabía que aquella experiencia iba a ser una de las más enriquecedoras de mi vida… así fue.


Al llegar a España todo se me hacía muy diferente. Regresé a la Universidad, seguí formándome en inglés… y encontré un trabajo gracias a saber más de un idioma.


Quiero que sepáis que una experiencia de inmersión lingüística te deja huella para siempre.

Las familias son estupendas, son abiertas, están tan acostumbradas a recibir alumnos de tantas nacionalidades diferentes que saben tratarte como un miembro más, tienes tu espacio, te enseñan con paciencia y tú mismo ves cómo vas entrando en el idioma sin esfuerzos y cómo vas mejorando según pasan los días.


Os lo recomiendo sin lugar a dudas porque tal y como os he dicho: cuando más practicas un idioma, más lo aprendes… y ¿qué mejor que el lugar donde se habla?


Si quieres recibir información de este programa de la mano de los mejores asesores, puedes contactar en:

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 Estoy deseando que nos cuentes tu experiencia cuando vuelvas ;)